Hablar de fotografía, es hablar del momento decisivo, de ese instante congelado para siempre en el tiempo, en donde la anticipación y el desenlace ―de la acción― suceden al mismo tiempo. Nadie mejor que Henri Cartier-Bresson (1908-2004) entendió este concepto. El fotógrafo francés, a través de su talento y genio, ayudó a definir lo que hoy se conoce como “periodismo gráfico” y su influencia en la fotografía moderna va mas allá de los momentos y escenas impactantes, capturados magistralmente. Henri, aparte de ser considerado el padredel periodismo gráfico, también es considerado uno de los pioneros de la fotografía callejera, en donde las escenas cotidianas son transformadas en obras de arte, escenas mundanas y comunes; a las cuales somos indiferentes cuando transitamos en la calle; son elevadas de tal manera que su contexto y composición nos hace reflexionar, imaginar y hasta nos hace indagar mas allá de la escena misma, es el momento decisivo en su expresión más pura.
Los comienzos artísticos para Henri, no fueron en la fotografía sino en la pintura. Desde pequeño, Henri fue instruido en este medio por su tío ―talentoso pintor francés― Louis. Más tarde, en el año 1927 y a la joven edad de 19 años, Henri estudia en la escuela privada de arte, y estudio del cubista André Lhote, en Paris, donde el riguroso y metódico entrenamiento le serviría de mucha utilidad para resolver los problemas fotográficos de composición y diseño que más tarde enfrentaría en su carrera. Sin embargo, el movimiento surrealista ―fundado en 1924― fue el que más influenció a Henri. Luego de su retorno de África, la influencia surrealista fue aún mayor e inspirado por una imagen del fotógrafo húngaro, Martin Munkacsi; Henri tomo su fotografía más enserio, “I took my camera and went out into the street” (tomé mi cámara y me fui a la calle).
No cabe la menor duda que la genialidad, talento y tacto por lo artístico de Henri es nato. En sus imágenes conviven, simbióticamente, la simplicidad y la complejidad de los elementos, sus composiciones, eternamente plasmadas y confinadas en un solo instante, son ejecutadas con tal precisión que hasta uno se pregunta si son reales o son dirigidas.
Por si fuera poco, Henri Cartier-Bresson, junto a sus homólogos Robert Capa, George Rodger and David “Chim” Seymour, crearon en 1947, la agencia fotográfica “Mágnum” (http://www.magnumphotos.com/), hoy en día, internacionalmente prestigiosa con operaciones en Londres Paris, New York y Tokio. Esta agencia fue fundada como una cooperativa fotográfica y de la propiedad de sus miembros para “sentir el pulso de los tiempos”, una época en donde el mundo todavía se recuperaba del “shock” producido por la segunda guerra mundial. Algunos de los primeros trabajos producidos por esta agencia fueron “People Live Everywhere” (La gente vive en todas partes), “Youth of the World” (Jóvenes del mundo), “Women of the World” (Mujeres del mundo) y “The Child Generation” (La generación de los niños). La meta de la agencia Mágnum era usar la fotografía al servicio de la humanidad, proporcionando imágenes impactantes e interesantes.Hablar de fotografía, es hablar del momento decisivo, y es también, hablar de Henri Cartier-Bresson. Sus imágenes pueden ser admiradas en galerías y museos alrededor del mundo y gracias a él, la fotografía es considerada, hoy más que nunca, un arte.
Qué interesante Frank. Tienes razón, la fotografía también es arte.
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