—por John Montañez Cortez—
Esta semana pasé por una librería del centro de Denver, de pura casualidad divisé —siempre que visito una librería voy a la sección de libros en español, en particular, literatura en español— una novela corta, de la colección andanzas de Tusquets editores, con un título bastante desconcertante: Salón de belleza, cuyo autor, pude leer —escritor totalmente desconocido para mí, hasta ese momento—, era un tal Mario Bellatin. El libro estaba sellado con un plástico protector, así que no tuve la oportunidad de ojearlo. Sólo cuando leí lo que los editores escribieron en la contraportada, para ilustrar de lo que trataba la novela, fue cuando decidí comprarla.
En la contraportada pude leer lo siguiente: «Una peste extraña comienza a fulminar paulatinamente a los habitantes de una gran ciudad. Rechazados por sus semejantes, hay quienes no tienen siquiera un lugar dónde terminar sus días. Un peluquero, que hasta ahora ha regentado con grandes esfuerzos un exitoso salón de belleza, decide dar refugio a los moribundos. Aficionado a los peces exóticos que en sus acuarios decoran el salón, el peluquero debe convertir su establecimiento en un moridero medieval. ¿Qué padecimiento puede estar diezmando a los huéspedes de este improvisado enfermero, carente al parecer de motivos filantrópicos? Con el paso del tiempo ya sólo los peces multicolores serán testigos indiferentes de su desapegada labor higiénica, de un deber cercano a la santidad verdadera, que no conoce los paliativos naturales o los consuelos piadosos. En un espacio claustrofóbico, mientras la soledad lo acecha, el protagonista ofrece un definitivo canto a la vida. Sin conmiseración, sin moraleja».
foto: esquirelat.com |
Salón de belleza es una lectura cruda, y puede que hasta pesada para algunos, pero donde los sentidos parecen trabajar sin ser estimulados por algo físico. La imaginación de la mente los transporta irremediablemente a ese sitio bendito, y maldito al mismo tiempo, donde se vive, junto al personaje, toda su alicaída y repugnante realidad. Definitivamente, un relato alucinante e innovador.
foto: Fernando Villa del Ángel |
Mario Bellatin regresó a su país natal y fijó allí su residencia. El escritor Sergio Pitol dijo: «Con Mario Bellatin entre nosotros la novela vuelve a ser un género mayor.»
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