—por John Montañez Cortez—
Hace unos años leí en una página web —o quizá habrá sido en algún blog trasnochado, no lo recuerdo— una recopilación de novelas recomendadas por el actual nobel peruano, don Mario Vargas Llosa, como parte de un programa radial sobre literatura, fomentando la lectura en el proceso. En esa lista se encontraba El agente secreto —publicada en 1907—, del inmortal novelista inglés Joseph Conrad. Me propuse leerla en español hasta que encontré una edición de la editorial Lectorum —loable el prólogo de Alejandro Toledo—, pero desafortunadamente, en mi opinión personal, la traducción de Catherine Seeleg, deja sus dudas.
La historia de esta novela está ambientada en Londres en 1886 y se ocupa en gran medida a la vida del señor Verloc y su trabajo como espía. El agente secreto es también importante, ya que es una de las novelas posteriores a las típicas historias de navegación con las que Conrad se hizo conocido.
Básicamente la novela trata, en general, con las nociones del espionaje internacional, el anarquismo y el terrorismo; temas que en las actuales circunstancias de globalización terrorista, como herramienta de intimidación sectaria y violenta, cobra más relevancia que nunca.
Conrad intenta retratar a los grupos anarquistas revolucionarios previos a los muchos levantamientos sociales del siglo XX. Sin embargo, también se ocupa de la explotación, en particular con respecto a la relación del señor Verloc con su joven e inocente cuñado Stevie.
Por el tema terrorista, El agente secreto, fue señalada como "una de las tres obras de la literatura más citada en los medios de comunicación estadounidenses" durante las dos semanas siguientes a los atentados del 11 de septiembre de 2001. La novela fue catalogada como la número 46 entre las mejores del siglo veinte, por la Modern Library.
El doctor Richard Niland —profesor de la universidad escocesa University of Strathclyde— examina, en su reciente libro Conrad and History (Oxford University Press, 2010), la filosofía de la historia y el tema de la nación en la literatura de Joseph Conrad. El agente secreto es una de las novelas donde se explora la importancia de la filosofía romántica polaca (identidad nacionalista) en el desarrollo de la literatura conradiana.
«Conrad yuxtapone —escribe Niland— su creencia en una identidad heredada de nacionalidad polaca, que se derivan de Herder y Rousseau, con un cuestionamiento escéptico del nacionalismo moderno en el contexto europeo y de América Latina: Nostromo presenta la creación del Estado-nación moderno de Sulaco, El agente secreto explora el tema de los "extranjeros" y la nacionalidad en Inglaterra, mientras Under Western Eyes constituye un intento sistemático para socavar la identidad nacional rusa».
Desde el plano de vista personal, psicológico y moral de las relaciones y los sentimientos humanos —depende de cómo cada lector se identifica con las diversas situaciones donde los personajes interactúan—, pienso que hay de todo un poco y para todos los gustos.
Joseph Conrad (1857-1924) —nacido Józef Teodor Konrad Korzeniowski—, fue un novelista Inglés, nacido en Berdyczów, Imperio Ruso polaco para entonces y actual Ucrania. Conrad es considerado como uno de los grandes novelistas en la lengua de Shakespeare, aunque no habló el idioma con fluidez hasta que tuvo veinte años —siempre con un marcado acento polaco—.
Escribió cuentos y novelas, sobre todo bajo un toque náutico o litoral, que representan los juicios del espíritu humano por las exigencias del deber y del honor.
Conrad fue un estilista de la prosa maestra que trajo una sensibilidad claramente trágica —no inglesa— a la literatura en Inglés. Si bien algunas de sus obras tienen un corte de romanticismo, es visto como un precursor de la literatura modernista. Su estilo narrativo y los personajes anti-héroe han influido en muchos autores.
Sus novelas han inspirado adaptaciones al cine, el teatro y la televisión: Victory, Lord Jim, The Secret Agent, An Outcast of the Islands, The Rover, Shadow Line, The Duel, Heart of Darkness, Nostromo, y Almayer's Folly.
Conrad escribió en el apogeo del Imperio Británico, se basó en sus experiencias en la Marina Francesa y más tarde en la Marina Mercante Británica para crear cuentos y novelas que reflejan aspectos de un vasto imperio mundial al mismo tiempo de sondear las profundidades del alma humana.
jmc