Tuesday, November 15, 2011

Hermann Hesse (Württemberg 1877–1962) Alemania


Hesse en 1927

No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros sencillos, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia, es una estrella que extinguimos.


Hermann Hesse ­(Württemberg 1877 – 1962) fue un poeta y novelista alemán conocido por haber explorado en su obra la dualidad del espíritu y la naturaleza en la búsqueda espiritual del individuo fuera de las restricciones de la sociedad. Hesse fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1946. 

Varias de sus novelas representan el viaje del protagonista en el interior. Una suerte de guía espiritual que ayuda al héroe en su búsqueda de auto-conocimiento y el camino más allá del mundo, engañados por el dinero, los números y el tiempo.


En 1931 Hesse comenzó a trabajar en su obra maestra Das Glasperlenspiel ­–El juego de los abalorios–, que fue publicada en 1943. En 1942 Hesse envió el manuscrito a Berlín pero fue rechazado por los nazis, el trabajo apareció en Zurich, Suiza.

Después de recibir el Premio Nobel, Hesse no publicó ninguna obra fundamental. Entre los años 1945 y 1962 escribió unos cincuenta poemas y cerca de treinta y dos críticas, en su mayoría para periódicos suizos.

Hesse murió de una hemorragia cerebral mientras dormía el nueve de agosto de 1962 a la edad de ochenta y cinco años. 
Otras obras centrales de Hesse incluyen In sight of chaos (1923), una colección de ensayos, y la novela Narciso y Goldmundo (1930), ambientada en la Edad Media, repitiendo el tema de los dos tipos opuestos de los hombres.

En los años sesentas y setentas Hesse se convirtió en una figura de culto para lectores jóvenes. El interés se redujo en la década de los ochentas. En 1969 el grupo de rock californiano Sparrow cambió su nombre a SteppenwolfLobo estepario– después del clásico de Hesse y lanzó su famoso tema Born to be Wild.

Los libros de Hesse han ganado lectores de los movimientos de la Nueva Era y sigue siendo uno de los autores más vendidos de habla alemana en el mundo entero. 

-Por John Montañez Cortez-






-Posted by John Montañez Cortez-


Thursday, November 3, 2011

SEGUNDA PIEL dirigida por Gerardo Vera en 1999


El regreso a mi tierra natal me ha exigido de responsabilidades y costumbres ya olvidadas por mi persona que me han privado paulatinamente de uno de mis más queridos y mundanos placeres. El Cine. Centrado más en la familia, el trabajo, estudios y mis libros de cabecera recomendados por la mejor compañera que uno podría tener y madre de mi hija aún no nacida, me dispongo a recomendarles esta película que ayer mismo, tuve el placer de ver en compañía de mis dos soles, gracias a la gentileza de la televisión pública española y su programa ¨Versión Española¨ el cual también les recomiendo fervientemente.


De modo que sin más dilación, les presento Segunda Piel, dirigida por Gerardo Vera. Este largometraje dramático tiene como hilo conductor el amor. Ese amor que uno no sabe entender. Ese amor que la sociedad, la cultura y los valores antiguos no dejan que la persona lo acepte. Y como consecuencia, no deja que nadie lo quiera.
Alberto (Jordi Mollà) es un ingeniero aeronáutico, casado y con un hijo, que ha basado su vida en la mentira. Una falsa realidad que se desmorona al verse reflejado en el espejo de la vida y no querer, ni poder aceptar, lo que él es. Un hombre enamorado de Diego (Javier Bardem).


Una película rodada con mucha intimida y delicadeza, por parte de Gerardo Vera, quien escribe el guión junto con Ángeles González Sinde, actualmente ministra de cultura de España. Gerardo demuestra su temple como director a la hora de utilizar todos los recursos cinematográficos para transmitir e introducir al espectador en la trama de la película. Buen ejemplo de ello es la escena donde Alberto y su mujer Elena (Ariadna Gil) están sentados en un bar de Jazz mientras se interpreta una canción de amor y ellos dos hablan sobre su casi inexistente actividad sexual. Aquí queda patente el buen hacer de este director. Pues solo hay que dejarse llevar por su mano, escuchar el diálogo y disfrutar de la sutileza de los planos cercanos y desenfocados, que apoyan aún más la incomunicación que padece la pareja. Con la luz tenue y oscura que predomina en casi toda la película, se aprecia el oscurantismo y la no aceptación de sí mismo de Alberto.


Digno nivel interpretativo de Javier Bardem que con suma sensibilidad hace de pareja masculina de Alberto. Ariadna Gil por su parte interpreta convincentemente el personaje de mujer casada que va perdiendo a su marido. Jordi Mollà acierta en las intensidades, tonos y gestos de Alberto, dándole una gran credibilidad al sufrimiento psicológico del mismo. Comentar como no, la gran química entre Celia Roth (amiga de Diego) y Javier Bardem. Que siendo ambos grandes actores, aún no he conseguido verles juntos de nuevo en otro film, pues en este le dan carisma, crean interés y simpatía, a la vez que ayudan a sobrellevar el ritmo decadente de la película. Que a mi parecer carece de la intensidad idónea.


Puede que la carencia de ritmo sea por falta de fuerza en el guión, por el mal enlace en las escenas que se desarrollan y que hace que los acontecimientos que se precipiten al final, pero será mejor que lo juzguen ustedes mismos.
¡Disfruten del cine!






RHiF