Roberto Bolaño, ensayista: Entre paréntesis |
—por Gregory Zambrano—
Se cumplieron diez años de la muerte de Roberto
Bolaño. En Chile, en México, en España, lo recordaron con una serie de eventos
de índole académica y editorial; también fue una oportunidad para reconocer la
enorme fuerza de su obra narrativa, poética y ensayística. Los lectores ya se
cuentan por legiones en la lengua española, en inglés, francés, japonés y otros
idiomas.
En el ámbito de la expresión ensayística, la obra de
Bolaño tal vez sea la menos publicitada y ha circulado como corolario de sus
novelas y cuentos.
Entre paréntesis reúne textos
escritos entre 1998 y 2003. Recoge sus discursos, que el mismo autor
consideraba como “insufribles”. Tres en total: “Derivas de la pesada”, sobre la
literatura argentina; “Discurso en Caracas”, cuando recibió el
Premio Rómulo Gallegos, y la tercera, sobre su propia condición
trashumante: “Literatura y Exilio”. Me gustó una de sus conclusiones: “El
trabajador no puede ni debe sentir nostalgia: sus manos son su patria”. Para
él, que no tenía prurito nacionalista, el sentido de pertenencia tenía que ver
más con el lugar de donde son sus hijos.
El libro también recoge una serie de artículos
divulgados en periódicos (el Diari
de Girona —que los traducía
al catalán— y,
principalmente, en Las últimas
noticias, de Chile), donde se publicó su columna “Entre paréntesis”. Estos
artículos, que se ocupan fundamentalmente de literatura, se publicaron durante
poco más de un año y constituyen el apartado mayor del libro. Igualmente, se
recogen algunas crónicas y notas críticas sobre literatura chilena, reunidas
bajo el título de “Fragmentos de un regreso al país natal”. Las siguientes series
se titulan sucesivamente “Escenarios”, “El bibliotecario valiente” y “Un
narrador en la intimidad”. Cierra el libro una entrevista, famosa ya —tal vez
por su fuerte dosis de acidez— que Mónica Maristain le hizo a Bolaño para la
revista Playboy. El recorrido de
estos textos, sus circunstancias y procedencia, aparecen perfectamente
explicados por el editor, Ignacio Echevarría.
Leer a Bolaño en su prosa no ficcional es un
verdadero placer; es como escuchar sus pláticas, de las que se recuperaron
varias —sobre todo entrevistas—,
disponibles en Youtube. Lamentablemente, no son muchas.
El prologuista y compilador, Ignacio Echevarría,
advierte que los textos recogidos en este libro representan una especie de
biografía intelectual. Allí está el diálogo con algunos autores contemporáneos
suyos, muchos de ellos sus propios amigos (Rodrigo Rey Rosa, Horacio
Castellanos Moya, Juan Villoro, Javier Cercas, entre otros), también
sus lecturas, la ironía persistente, su humor; la agudeza de sus intuiciones; a
veces su autocrítica. Todo esto revela los detalles de su proceso creativo, sus
búsquedas en el campo literario, pero también el desahogo humano entre
contradicciones, incertidumbres y azares.
Roberto Bolaño. Photograph Julian Martin/AP |
Entre paréntesis —Ensayos, artículos
y discursos, 1998-2003, Barcelona, Anagrama (5ta. edición, 2011)— en un libro
que va más allá de la crítica, y que una vez leído deja una sensación sumamente
placentera, y no me parecería exagerado decir que luego invita a una relectura
a saltos, como el código cortazarariano de Rayuela. Por demás un autor al que Bolaño leyó con devoción.
Si bien es cierto que la crítica es un oficio
creativo no exentó de riesgos, el de Bolaño en este sentido es una fuente de
iluminación: sus gustos, aficiones y caprichos de lector. El oficio de un
escritor sin sosiego, la profesión de fe de un militante efusivo en este
espinoso mundo de las letras. Como ya se advirtió, en la mayoría de los casos,
los textos fueron recuperados principalmente de diarios y revistas. Cada uno en
sus diversos alcances permite seguir de cerca las obsesiones de Roberto Bolaño,
su profunda vocación de escritor y su compromiso con la obra propia como una
trama, más que intelectual, vital.
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