Sunday, September 21, 2014

Domingo Michelli (1987-2014): TRISTICRUEL - Caracas

—por Alberto Hernández—

foto:carmen michelli
1.-
Comencemos por la portada: un óvalo contiene el rostro barbado —fuera de foco— de alguien que sostiene un cartel: “Lea este libro”, en mayúsculas escritas a mano. El lector supone que quien muestra el mensaje es el autor del libro Tristicruel (bid & co. editor, Caracas 2014), Domingo Michelli (1987-2014). Después lo identificamos a través de la cédula de identidad y de algunos datos en la solapa de la publicación: Egresado de Letras por la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas. Uno de los aventureros de una revista literaria con forma de Arepa. Estudió teatro en el Instituto Universitario Nacional del Arte en Buenos Aires. Y recibió mención honorífica en el I Premio Equinoccio de Cuento “Oswaldo Trejo” por el libro que tenemos en la mano.

Hace pocas semanas se quitó la vida. La muerte de este joven de 27 años convierte su obra en un espacio para albergar la desolación. Quien la lea se entera de su talento. Quienes llegamos a conocerlo un poco no albergábamos ninguna idea de la violenta iniciativa de viajar a la eternidad tan tempranamente.

2.-
El libro no es el trazado de un país ideal.  Se trata de un territorio en una puesta en escena que se hace literatura, narrativa. Michelli desglosa un país peligrosamente verdadero desde la ironía, desde un humor que escuece. El país es un virus. Una bacteria que se multiplica incesantemente. Domingo Michelli se vale de lo que acontece en la realidad de un mapa lleno de gente, de moradores que se valen de  máscaras para convertirse en pasantes de ciencia/ficción y en sujetos pre-fabricados: el país, borroso y salpicado de una humanidad torcida, se desplaza por los lugares más sórdidos y enfermos: los frecuentados por una estadística que se deja ver en los medios a medias. El narrador se quita la piel cuando relata ese país nada idílico. Es un libro triste y cruel. Es un libro que muestra esas facetas y las coloca al frente del lector sin reticencia alguna. Michelli ha abordado los espacios imposibles
Domingo Michelli
foto:autopistainmovil.wordpress.com
y los ha transformado en la realidad que muchos no han querido ver. Este es un libro donde la vida y la muerte se tocan. Un libro donde los personajes hablan en venezolano, como el mismo escritor lo advierte al comienzo de sus páginas. Es un país hecho libro a través de las palabras que salen de la boca de quienes habitan sus hojas. Además, con la libertad creativa capaz de tutearse con Cabrera Infante. Este es un libro donde quien lo lee navega entre el miedo y la desesperanza. Una lectura agónica.

3.-
Nueve relatos hacen el cuerpo de Tristicruel. Cada uno desarrolla la historia de un tipo de venezolano o de una situación que hoy es parte de nuestra cotidianidad: “Adiós letrero” es un material que es vertido a dos voces, como casi todos los trabajos que contiene el tomo: en este caso, la del sujeto que se vende, al pedir una ayuda, a través de un discurso en un autobús. Relata la vida de sus amigos, la tragedia de su generación, la pérdida de la ciudad, el destino de quienes han sido víctimas de la pobreza. Al final, luego de soltar el cuento de sus tropiezos y la de quienes fueron sus compañeros de adolescencia, pide: “¿Serían tan amables de darme una colaboración? Alguito, loquesea, es pa’ completar mi libro de cuentos, selosjuro”. Cuenta para escribir. O para sobrevivir.

“Al paso que van”: combinación de diálogos donde se nota la influencia dramatúrgica del autor. Dos anécdotas: la tirante relación de un hijo con su madre y una huelga de sindicatos. Dos propuestas que dibujan un país íntimo y otro público, político. Las imágenes que se muestran en este relato forman parte del diario vivir del venezolano actual: manifestaciones, bombas de gases, disparos, heridos, muertos, presos. Pancartas que exigen el aumento del precio de la gasolina desatan una reacción terrible por parte del gobierno.

foto:valentina mendoza
El tercer relato, “Lectura peatonal”, está formado por personajes codificados. Una mujer que cae de un árbol y se come a la gente. Una estancia de terror donde odio y ternura sucumben ante el lenguaje utilizado por el narrador. “Historia de los barrios escondidos de Caracas” es un inventario de eventos donde los personajes son desdibujados por la irrealidad: la infructuosa búsqueda de Alcoholópolis, para lo cual ha creído que la única manera de acceder a esa ciudad es “borracho como cuba”, pero su mujer le tiene prohibido abusar de la bebida”. “Perrulandia” es el otro barrio por donde circula este cuento: un paralítico deja su casa y se va a vivir a las orillas del Guaire donde hace amistad con unos perros. El inválido muere en su silla pero los perros imponen su ley. El autor se vale de largas citas al pie donde cuenta cada una de las aventuras de los canes. Otros barrios recorren las páginas en las que los actantes son referentes de una ciudad sombría, inundada de voces y de hechos que son parte de las noticias diarias, como la de los refugios o albergues, verdaderos antros en los que todo tipo de pecado es posible. Su relación con los ancianos, con la miseria. Las historias se imbrican: “Todos, todicos, todos” es la imagen de la torre de Babel, la mentada Torre de David convertida en la imagen de la indignidad. El caos, la perversión. “Repagando la muerte”: la morgue, los cuerpos de los difuntos de todos los días. El tratamiento de la muerte, el dolor de los parientes, el olor de la tragedia. Historias de quienes esperan por los mafiosos que entregan los cuerpos a cambio de dinero. “Carruseles” atosiga por la acción vertiginosa de las motos que se han convertido en una epidemia para lo cual el gobierno se ve obligado a inventar las motovías. La presencia visual de las colas en todos lados. Un cuento que nos respira cerca. “Gerontofobia” recorre los túneles del metro de Caracas mientras los mendigos ancianos repasan la lástima, la indolencia y la miseria. Y “Presovisión”: el mundo de los pranes, esa fórmula criminal que ha tenido en los organismos de seguridad del estado a unos aliados. De esta manera, desde esta mirada rugosa, cierra el libro, luego de reconocerse en un país que ha perdido el rumbo. Un libro en el que el lector pasa a ser también un personaje agónico.





2 comments:

  1. Buen día:

    Soy Raúl Fierro de México, me dedico a la divulgación de la ciencia y hago reseñas de libros de Ciencia Ficción y literatura fantástica. En mi país, dónde puedo conseguir el libro que el texto menciona y sobre todo algo adicional de Domingo Michelli sobre el tema de Ciencia Ficción.

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    1. Trino try this link: http://www.bidandco.net/pedido.php
      Thanks...

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