Friday, March 13, 2015

La “Sección constante” de José Martí - Pequeño tratado de enciclopedia


—por Gregory Zambrano—

José Martí con Gonzalo de Quesada y Aróstegui
y su esposa Angelina y Govin, 1893
Entre el 4 de noviembre de 1881 y el 15 de junio de 1882, salieron publicados en La Opinión Nacional de Caracas 112 artículos de José Martí, bajo la denominación común de “Sección constante”; eran breves notas, fechadas de manera consecutiva y de redacción diaria que trataban diversos aspectos, a modo de una pequeña enciclopedia, con los cuales Martí prolongaba su presencia en la prensa venezolana que lo había acogido durante su breve pero significativo paso por Caracas, entre enero y julio de 1881.

Las notas eran producto de un ejercicio de observación e interpretación logrados con una excepcional capacidad de síntesis, que hoy en día sitúan al lector frente a un testigo también excepcional, apasionado por el conocimiento y presto a sorprender con su elocuencia y estilo inconfundibles. En ellas ensayaba como un cartógrafo los mapas de conocimiento de la época, con la erudición y al mismo tiempo la sencillez de un artista de la palabra. Los temas se reunían —bajo el catalejo de don Pedro Grases— en: naturaleza, economía, lenguaje, libros y ediciones, historia, consejos y noticias útiles (medicina, cosas prácticas, etc.) inventos, comercio, novedades, arte (música, pintura, teatro, novela, ensayo, literatura en general), ciencia, acontecimientos públicos, política, poesía y costumbres, personajes, filosofía, psicología, derechos, instituciones, adelantos prácticos (navegación, telégrafo, electricidad, etc.), productos de la tierra, anécdotas, sentencias, problema de régimen social, investigaciones, indigenismo, historia de la cultura, crítica, organización social.

La “Sección constante” aparecía sin firma, y el título se le debe a los redactores de La Opinión Nacional; es por ello que pasado el tiempo, Martí reconoce la paternidad de los textos, de manera expresa, en una carta fechada en marzo de 1889: “Podría renovar la columna diaria, que solían ser dos, y escribí por un año, sin firma, en La Opinión Nacional, de Caracas, que la llamó “Sección constante”, y que dice que el público se la bebía, porque era un comentario corriente, en párrafos concentrados, vivos de color y variando de tonos, sobre todo lo que, en un centro universal como éste, puede interesar a un hombre culto a la vez que a los lectores usuales”.

foto:wikimedia.org
Sería largo enumerar en detalle los aspectos que sobresalen en el interés que lleva a Martí a pasearse por la historia, las artes y las ciencias. Desde los datos sobre la observación de la fotografía que el astrónomo Hugghins logró de la nebulosa de Orión, hasta los aspectos científicos del cultivo del maíz, pasando por una atenta observación del caso de una mujer en estado cataléptico. Novedad y curiosidad son los rasgos que definen este original modo de hacer periodismo, el cual visto en el tiempo, deja también al descubierto la conciencia de permanencia afianzada en el uso cuidado del lenguaje, amén de un sentido axiológico de todo cuanto reseñaba.

Así, para un motivador ejercicio de síntesis erudita e inventario alucinante, Martí coloca en un mismo plano la naturalidad y la razón de sus búsquedas, su indagación en diversas culturas, la investigación de los hechos, el comentario sobre la naturaleza de las cosas; lo insólito y lo natural, los quehaceres de la gente, mientras que impregna de cotidianidad todo cuanto sea de interés. Se detiene en el detalle de los sucesos acaecidos en Nueva York, el centro desde el cual irradia su interés por la novedad, cautiva y estimula a sus lectores con invectiva y belleza.

Muchas de estas anotaciones podríamos verlas hoy con ojos de anticuario, pero cuánto resplandecieron en el momento en que la noticia como novedad dependía en mucho de quien con mayor elocuencia, detalle y belleza fuera capaz de transmitirla. En José Martí, el periodista y el cronista se convertían en un intermediario que llenaba de formas y texturas, de colores, sonidos y asombros el transcurrir de su tiempo como un lenguaje múltiple abierto a la imaginación.



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Revista Investigación (Mérida, Venezuela), núm.8, 2003, pp.56-57.




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