La
memoria,
esa
cajita obscura
que
nos arruina la vida.
—por Gregory Zambrano—
Publicado
por el sello Pukiyari Editores,
apareció en septiembre de 2014 la colección de cuentos El guerrero de la espuma y otras tantas despedidas, de Luis
Fernández-Zavala, escritor peruano radicado en Santa Fe, New Mexico, Estados
Unidos.
El
volumen reúne un conjunto de historias que atrapan al lector para llevarlo a recorrer
disímiles geografías, siempre bajo la pulsión de un recomienzo. Para algunos el
viaje es una forma de conocimiento, para otros una manera de huir del presente
o del pasado, una vía de escape. En estos relatos la despedida encierra una
apuesta hacia el futuro pero éste no siempre resulta como los personajes lo
sueñan o imaginan. Narrados con una prosa ágil, estos relatos están unidos por
el deseo. El humor, la ironía, los viajes y el azar son las señas de una
identidad perdida entre la memoria y la urgencia de encontrarle sentido a lo
imprevisto. Cada relato nos propone armar un rompecabezas, una historia de
vida, hacer realidad un sueño postergado.
En
"El guerrero de la espuma (Egdle)",
relato que da título al volumen, vamos destejiendo una historia elíptica que se
nutre de pequeñas derrotas personales. El joven sociólogo que sale de Perú con
rumbo al continente africano, piensa a bordo del barco mercante que lo lleva a
tierras desconocidas, que podrá escapar de sus frustraciones amorosas y sus
fracasos políticos. La nostalgia se convierte en la compañera indeseada de un
éxodo inacabado; sin embargo, mientras los mapas se desdibujan, surgen razones
para celebrar la amistad, el recuerdo de lecturas fascinantes y el desparpajo
de una época en que soñar era la consigna.
el escritor peruano Luis Fernández-Zavala |
El
placer de viajar trocado en rutina, se torna una experiencia inquietante en
compañía de un ángel. Entre las miradas va escondida la seducción y el juego
aviva los sentidos ocultos del idioma, sutiles vivencias que se solapan en
"De ángeles y superhéroes".
En
"El rompecabezas del amor",
acompañamos un desplazamiento por la geografía latinoamericana y europea, colmado
de signos gastronómicos, y al mismo tiempo impulsado por el afán de ver en lo
cotidiano, más que una marca cultural, un destino. En medio de la travesía
asistimos a la contemplación y experimentamos el deseo como formas de otro
recorrido intenso, desde el juego erótico hasta la sexualidad desbordada.
Un
excombatiente de la Guerra Civil Española, circunstancialmente convertido en
profesor y obituarista de un periódico pueblerino, hace de la muerte la excusa
para conocer la historia secreta de los difuntos. Aquí se topan personajes
desplazados, víctimas de las guerras europeas, que trasplantan sus dolores a
las tierras de América y padecen un mismo destino, abandonados a su suerte.
Aquí convergen los actos heroicos de un intrépido contestatario que no logra
desprenderse de los espectros que le asedian. Entrañable este relato que lleva
por título "El obituarista de San
Juan".
En
"La soledad también tiene nombre de
mujer", compartimos el recuerdo de un amor perdido entre los avatares
de las tareas universitarias y las evocaciones que atan el presente del
narrador con un país dejado atrás, que lo espera para fundar nuevas utopías.
El
11 de septiembre de 2001, un día fatídico, que llenó de horror y miedo la
mañana de un país y los días por venir del mundo entero, sigue siendo una
sombra para quienes sufrieron los daños colaterales. Los personajes no pueden
escapar de sus propias tragedias personales ni de las reglas del azar. Intensa
e inquietante esta narración que se guarda bajo un título candoroso, "El regalito de Peter".
Cada
relato concentra su intensidad en personajes dibujados con trazos vívidos. La
tensión narrativa desmitifica las grandes aspiraciones colectivas y aviva las
pequeñas derrotas personales, marcadas por la necesidad de irse, de emprender y
buscar hacia el porvenir nuevas respuestas mientras los fantasmas cercan el
sueño y la vigilia de cada personaje trocado en víctima de su destino.
En El guerrero de la espuma y otras tantas
despedidas convergen diversos rostros, nombres, paisajes, señas de
identidad que fluyen y confluyen en una certeza: al final todo tiene nombre de
mujer. Este libro asaz intenso, nostálgico e introspectivo nos depara un buen
rato en compañía de personajes inquietos e inquietantes, que no hallan su lugar
en el mundo y que, sin embargo, no dejan de soñarlo.
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