Selección
de Ana Cecilia Blum (*)
AURORA ESTRADA Y AYALA
ILEANA ESPINEL CEDEÑO
SARANELLY DE LAMAS
ANA MARÍA IZA
NELLY CÓRDOVA AGUIRRE
VIOLETA LUNA
VICTORIA TOBAR FIERRO
SONIA MANZANO
SARA VANÉGAS COVEÑA
CATALINA SOJOS
MARITZA CINO ALVEAR
CARMEN VÁSCONES
CAROLINA PORTALUPPI
MARGARITA LASO
MARÍA FERNANDA ESPINOSA
AURORA
ESTRADA Y AYALA
PUEBLOVIEJO (1902–1967)
FATUM
Siempre fui
triste
i me sentí
extranjera
en todas
partes.
Ardía mi
lámpara
i sigue
ardiendo:
azul...
violeta...
¡Me quema
toda
con su
antigua llama,
creciendo i
marchitándose
en
diferentes tallos!
Me dobla la
nostalgia
sobre
ignorados mapas.
Quiero
escarbar perdidos cementerios
i abrir
cinéreas ánforas
con mis
pálidas manos.
Como
siempre, estoy triste
bajo el
alegre vuelo de los pájaros.
I ciega voy
con mi
agonía tremante
hasta el
borde del día.
¡Bajo una
lenta lluvia de lágrimas azules
yo muero
cada noche!
GUAYAQUIL (1933–2001)
HACIA
ADENTRO
Yo, no te
aclamo, no, vida mía que sufres;
tampoco me
envilece tu soledad de estrella.
Tan sólo te
contemplo como algo tan ajeno
que más que
propia vida eres mi ausente muerte.
Me dejo ir
en todo
dejo que el
cerco nimio
me arrastre
al torbellino del temporal rebaño.
Diríase que
lucho. Diríase que asciendo.
Diríase que
me hundo. Diríase que... nada.
Y yo,
antigua sangre rondando entre las piedras,
tan sólo te
contemplo, absorta enamorada.
Y junto a
tu verdad de ardiente sima,
diríase que
canto. Diríase que muero.
SARANELLY
DE LAMAS
RIOBAMBA (1933–1992)
BALANCE
Si de
repente Dios —que ciertamente existe—
llamándome
por mi nombre me dijera
es hora de
liquidar el sueño;
haría
simplemente un balance.
Más de una
hiel en horas sin medida
pero a
cambio, espejos y abalorios
para
adornar el rostro de la herida;
un prisma
casi ingenuo
para
apresar la magia de las cosas
y un simple
azul por todo lo creado.
De cuanto
real establecido contemplé;
he amado
más lo irreal que no poseo;
luego me
conservé fiel a la fe:
creer tan
sólo en aquello que no podemos ver.
Si tropecé
y caí,
mi fe en el
ser humano
jamás tuvo
caídas.
No quise
ver la perfección jamás;
apenas la
limpieza necesaria.
Todo cuanto
amasé fue nada entre las manos
monedas que
se gastan al contacto del día.
Y mi culpa
mayor —que me exime de culpa—
elegir un
camino de herradura
para llegar
al sueño.
Nada me
asombraría si de pronto
la única
palabra que no existe
me fuera a
solas revelada.
QUITO (1941)
CARTA A MÍ
MISMA
¿Recuerdas
cuando era
el teléfono un pájaro
cantando en
el alambre...?
Nunca
creíste
que sólo se
trataba de un vil artefacto.
Eras
insoportable.
Por eso
hasta quisiste un lunes
regalarte.
Tenías la
mirada llena de barcos.
Dabas de
comer
a los
perros del parque
y te sabías
de memoria el número
de árboles,
a fuerza de
ser viento,
de ser
hoja,
de husmear
no sé qué
estrella entre las ramas.
Eras
un raro
espécimen,
una
degeneración futura,
un grifo
siempre yéndose,
ya ni sé
qué decirte,
eras
algo
bastante feo que me gustaba.
Te
pregunto,
por
preguntarte,
porque sí,
porque
llueve
y algún
entrometido te ha empujado:
¿Qué harías
si te dejara libre,
si de un
manotón quitara la montaña ...?
De ley
irías a
refugiarte en la ternura,
a
estrellarte en el borde de un retrato.
A escarbar
en el suelo un sucio anillo
del que
nacieron rosas,
lombrices,
telarañas.
Tú,
siempre
serás tú.
No habrá
abracadabra que te cambie.
No habrá
reencarnación
que te libre del lodo de los sueños.
No habrá
forma
de librarse
de ti
ni
estrangulándote.
Oye:
no vayas
a suicidarte.
Me es
indispensable tu presencia:
triste,
desafiante.
Terminada
en punta
—como una
hoja—
detrás de
la ventana.
SAN GABRIEL (1942)
porque es
día de feria
que te
venda
que te
venda mi fibra mis afanes mi cardo mi camisa estera y
manta
mi arado mi
aire y agua mi guacho y mis raíces
que ahora
sea yo quien ponga precio
porque es
día de feria
que mida
por pulgadas mis fatigas
por onzas
que te pese mis mañanas que en
pondos para vos
madure
lunas
que quién
soy cómo soy
cómo y
qué para qué
que cuanto
valgo yo en pocas palabras
si te vendo
mis cargas mis costillas a qué espaldas iría
este
cansancio
a qué otra
cicatriz iría mi insomnio
a qué ojo
mi barranco
a qué
fiesta mi tiesto mis bostezos mi taja de zapallo
yema
yo yuca yo yuyo yo
ajo
ají ya te vi no te dí si te dí
¡que está
mi pueblo en feria…!
que ahora
sea yo quien ponga precio
a mi costal
de cosas
no
mezcladas
GUAYAQUIL (1943)
HOY TE
CIERRO LAS PUERTAS
Hoy te
cierro las puertas corazón
para pensar
a solas,
fríamente
pensar
hasta
vaciar la lógica
y el
silogismo pálido.
La poesía
es libre.
Las cosas
en azul son poesía.
Por tanto
mis monólogos son libres.
Y en esta
libertad de puerta adentro
resuelvo
mis conflictos,
repito y
analizo,
recuerdo y
rectifico.
Estudio
cada cosa y consecuencia
y limpio
las ideas.
La mente es
una máquina
que suele
registrar las decisiones,
contar las
pertenencias y los fraudes.
Y mientras
pasa el día
y acechan
fríos monstruos en mi cueva
me falta el
sol y el fuego.
Espera corazón,
quiero
abrirte la puerta nuevamente.
VICTORIA
TOBAR FIERRO
AMBATO (1943)
DEFINITIVAMENTE
NO
Hoy
despertaron mis dedos
con ganas
de hablarle al mundo.
Hay un
recuerdo tuyo en las falanges,
un deseo de
ser nuevamente
En las
pequeñas cosas.
No, definitivamente
no.
No voy a
suicidarme esta semana.
GUAYAQUIL (1947)
CADÁVERES
DE FLORES
Flores en
mis tobillos
flores
alrededor de mis muslos
flores
brotando desde todos los orificios de mi cuerpo
Flores
anales
vaginales
lacrimales
flores de
turbios colores seminales
Flores
perfumando el vino en que sumerjo
trozos de
carne floja que morirán conmigo
Flores
regadas por mi habitación vacía
confundidas
con mis prendas interiores
Flores
colgando del hacha del verdugo
flores
orlando las sienes del desvelo
Flores que
venderé a la entrada de un cine
y que
arrojaré desde una rueda moscovita
Flores de
plumas
flores de
pelos
flores
saliendo en procesión
desde un
pubis despoblado
Flores
adornando la montura
de la
jinetera más joven
flores de vientos
encontrados
flores de
vientres encontrados
Flores
colgando de la solapa de un gángster
flores de
tallos largos
y corolas
hambrientas
El día en
que me ahogue para siempre
tendré
repletos los bolsillos
con
cadáveres minúsculos de flores
SARA VANÉGAS
COVEÑA
CUENCA (1950)
CIUDAD
ciudad de
los mil tejados y las mil aguas
ciudad de
los puertos quemados en el aire
y los
unicornios extintos
de los mil
ojos y las mil fauces
todo este
tiempo he intentado amarte
como amo el
vuelo iridiscente de los ángeles caídos
la tarde
roja de los mares
el momento
en que las naves zarpan…
he
intentado amarte siempre
en tus
amaneceres fríos / en tus calles
largas como
el insomnio
esperando a
que se aquiete la luna
o se
detenga el tráfico de sombras
yo,
escondida tras tu más dura silueta
habitante
de tu soledad insoportable
quise
cantarte cuando tiritabas con la lluvia
cuando
ascendías con tus montañas lunares
para
protegerte de tus hijos y de la tristeza
y aquí me
tienes, ciudad de los mil aleros
con la boca
oscurecida besando tus rincones
recreando
tu nombre entre mis nombres
ebria de
torres amargas y horizontes…
CUENCA (1951)
CANTOS DE
PIEDRA Y AGUA
(Fragmentos)
CANTO
PRIMERO
¿quién mira
dentro de ti
ciudad
celeste y sola
sola
ciudad de
frío?
te escribo
y dejo que
el alma se me vaya
en la noche
desnuda
sembrado
entre el
barranco y la magnolia
mi corazón
es fruto
ya
maduro
¿quién
espía
debajo de
tu angustia?
ya puedes
amorosa
devorarme
porque
colgada estoy
a tu
silencio
abre tus
labios
llámame
tu voz
será una
gota de sangre
en mi pecho
difunto
GUAYAQUIL (1957)
DUELO
Hundirse en
la mudanza
En piezas
menudas subterráneas
Y regresar
al vientre del caos
Al onírico
destino de la fábula
Escapar del
solitario pasadizo
Aderezando
la pesadez del fango
Concebir la
urgente prisa de mudarse
Apareando
la excitación del duelo
Al onírico
vientre de la fábula.
CARMEN
VÁSCONES
SAMBORONDÓN (1958)
El enigma
anticipó su existencia y desciframiento
existió
antes que la misma esfinge y el adivinador
descansa
sus pies en el orificio de la ilusión
mientras
profesa desde la oscuridad
la única
oportunidad de los mortales
la del
tropiezo y del retorno
Me predijo
el deseo
será el fantasma de su voz
de su verbo
y de su alma
donde la
tragedia no será su destino
Hablo con
mi espectro
desde su
boca y en mi cuerpo
al mismo
tiempo
nos
anunciamos el lugar de la evanescencia
me toca y
lo toco
se
corporiza
Me extingo
en el sentido de su roce.
CAROLINA
PORTALUPPI CASTRO
GUAYAQUIL (1963)
HAY
SILENCIOS AZULES
enredados
en las algas.
Silencios
en blanco y negro
que poco a
poco
van
ocupando su lugar.
Mi
silencio,
al que
sirvo y me derrota,
tiene el
color del miedo
es una
sombra.
QUITO (1963)
un ceibo
que cuida el horizonte
tiene menos
orgullo que el que orilla tus piernas
un ceibo en
tus piernas africanas
matará mi
deseo
la cadera
cruje como un cangrejo
un crujido
en la tenaza de mis huesos
matará mi
deseo
trago de
ardienteagua
un ceibo te
orilla los crujidos
una huella
de hollín
los vellos
y tobillos
y una equis
que enrosca mi cintura
una equis
matará mi deseo
MARÍA
FERNANDA ESPINOSA
QUITO (1964)
POÉTICA
Lo temporal
está en nosotros
como en las
ranas su metamorfosis.
Atados a la
escritura
para no morir
nos
enlazamos verbales
jungláseos
lianas
buscando el eco.
Así el
pasado permanece
empoemado.
_________________
(*) Ana Cecilia Blum; Guayaquil (1972), es licenciada en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Laica Vicente Rocafuerte. Posgrado en Lengua Española, Universidad Estatal de Colorado. Participó en el taller de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. Realizó estudios sobre teoría literaria en la Universidad Católica de Guayaquil y sobre autores contemporáneos en la Universidad Andina de Quito. Entre sus textos publicados se encuentran Descanso sobre mi sombra, poesía (1995); I Am Opposed, poesía (2003); Donde duerme el sueño, poesía (2005); En estas tierras, poesía y prosa (2006); La que se fue, poesía (2008); y Libre de espanto, poesía (2012). Sus textos poéticos han sido incluidos en diversas antologías. Actualmente reside en EE.UU. donde ejerce la enseñanza del español, dirige la gaceta literaria Metaforología, coordina el Fondo poético para las Américas y realiza investigación literaria en el campo de la poesía ecuatoriana escrita por mujeres.
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(*) Ana Cecilia Blum; Guayaquil (1972), es licenciada en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Laica Vicente Rocafuerte. Posgrado en Lengua Española, Universidad Estatal de Colorado. Participó en el taller de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. Realizó estudios sobre teoría literaria en la Universidad Católica de Guayaquil y sobre autores contemporáneos en la Universidad Andina de Quito. Entre sus textos publicados se encuentran Descanso sobre mi sombra, poesía (1995); I Am Opposed, poesía (2003); Donde duerme el sueño, poesía (2005); En estas tierras, poesía y prosa (2006); La que se fue, poesía (2008); y Libre de espanto, poesía (2012). Sus textos poéticos han sido incluidos en diversas antologías. Actualmente reside en EE.UU. donde ejerce la enseñanza del español, dirige la gaceta literaria Metaforología, coordina el Fondo poético para las Américas y realiza investigación literaria en el campo de la poesía ecuatoriana escrita por mujeres.
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