La ficción literaria es una buena mentira
bien contada en el papel.
Luis Fernández-Zavala
El autor peruano Luis
Fernández-Zavala nos entrega su segunda colección de cuentos cortos ("un
poquito más largos", según él) bajo el título El hotel que la habitaba.
Cuentos trashumantes (Pukiyari 2019). Seis historias cuyas tramas nos llevaban
a un periplo vehemente hacia Lima, el norte de Francia y el norte de New Mexico
en contextos históricos diferentes: la Lima de los años setenta, de los años
noventa y la actual, y New Mexico en 1917 y 1944. De ahí el añadido de Cuentos trashumantes
al título del libro poniendo así el énfasis en lo errante, lo peregrino y
nómada de sus historias, tanto en lo geográfico como en el tiempo.
El autor sedimentó su trabajo
literario en la "ciudad diferente" de Santa Fe, New Mexico; desde
allí, él vive su dualidad de migrante-escritor que se ve reflejada en esta colección
de cuentos. Sin embargo, lejos de dejarse seducir por la nostalgia típica del
migrante que tiende a caer en el juego de la memoria alterada por la lejanía, Fernández-Zavala
la transfigura en ficción con la ventaja que le brinda la distancia psicológica
sobre dos mundos todavía presentes en su cotidianidad. Él mismo nos ha dicho
alguna vez que "la nostalgia es una mochila que el migrante carga toda su
vida y le es imposible llenar". La memoria se distorsiona selectivamente y
se convierte en melancolía, pero para algunos no necesariamente en ficción. "La
plaga de la memoria" según Leonardo Padura, persigue a algunos autores que
no dejan de soñar en el mundo que dejaron. Sin embargo, quizá lo más importante
y diferente en la narrativa de Luis Fernández-Zavala es que él sabe de este
juego de la memoria y lo utiliza conscientemente haciendo literatura contemporánea
con ojo avizor, haciéndola creíble y amena. Dimensionando la nostalgia se puede
dar rienda suelta a su creatividad y mentir a su gusto, tal como las historias
se lo demanden.
El hotel que la habitaba nos sitúa dentro una Lima caótica
y maltratadora de sus habitantes, en historias fantasmagóricas del Gran Hotel Bolívar.
Verónica, el personaje central de la historia, es una joven madre soltera que
trabaja como mesera en el hotel. Durante sus pesquisas para determinar qué
estaba pasando en la habitación 366, Verónica se encontrará con personajes del
pasado y de la época actual, los cuales tienen razones muy particulares para
fijar su estadía en este "cuadrado castillo blanco, taciturno y
ceremonioso..." del pasado.
el escritor peruano Luis Fernández-Zavala. Foto:Amazon |
Aprender a esperar frente al
mar nos cuenta la historia de un
escritor cuarentón que tiene un love affair con la hija de su mejor
amiga durante su visita turística a Perú. Su "misión peruanizadora" para
con la francesita, se convierte en una relación romántica durante el periplo
turístico. La historia se complica cuando su mejor amiga muestra también un
interés romántico hacia Sergio. Éste esperará el término de su relación efímera
frente al mar en las costas norteñas de Francia, tal y como lo aprendió desde
su niñez, frente a las orillas de la Mar Brava en el Callao. Sergio le dirá a
su joven amante: "Yo solo quería verte una vez más frente al mar, quizá
para sentirme menos solo. El mar siempre me anuda a mitos benévolos y lo hace
todo más fácil: las esperas, las despedidas, las partidas..."
Alitas de pollo es uno de los cuentos más
cortos de esta colección. Un joven poeta se pasa la noche escribiendo un poema
para que su amiga lo acepte como su enamorado. El resultado no es como lo
esperaba. No se puede forzar el amor con un poema o con cien poemas, pero éste
puede ser el origen de la chispa que encienda la vena literaria del joven
poeta.
Las acciones de los últimos
tres cuentos suceden en New Mexico. Dos abuelas y Huevos de Pascua
nos llevan de nuevo a San Juan, pueblo ficticio creado en su primer libro de
cuentos. Conoceremos a doña Guillermina y a doña Jesusita, dos abuelas que con
dos estilos de vida diferentes, tratan de darle lo mejor de su amor y enseñarle
a Lorenzo a amar la vida en los tiempos aciagos de la Segunda Guerra Mundial.
En Huevos de Pascua, Lorenzo con su nueve años curiosos, aprenderá
acerca de los ritos sangrientos de los Penitentes durante la Semana Santa, se
cuestionará su fe, mientras una detective improvisada busca resolver el caso
del aparente asesinato de un miembro de la cofradía de Penitentes.
En el último cuento de esta
colección, el autor miente a su gusto. Como es conocido Trotski, el revolucionario
ruso, residió en New York por tres meses en 1917. Era la época de también de la
presencia en esta ciudad de una corriente de intelectuales y artistas contestarios.
El autor hace que estos personajes se interrelacionen para descubrir el llamado
Atlantis Rojo, que era como se le conocía a la "nueva realidad"
existente en Taos, New Mexico. En esta historia la realidad y la posibilidad,
la historia y la ficción, lo conocido y lo imaginado se juntan para presentarnos
un relato finamente hilvanado y creíble. ¿Estuvo realmente Trotski en Taos?
¿Mabel Dodge Luján, (la rica heredera y feminista autora de Edge of Taos
Desert:An Scape To Reality ), y Trotski se conocieron? ¿Los pintores de la
Sociedad Artística de Taos que difundieron la imagen de los Indios Taos,
realmente fueron contestarios y amigos de Trotski? El autor nos propone creer
que sí.
(*) Disponible en Amazon y
Kindle.