—por Luis Fernández-Zavala PhD. (*)—
“Y quizá la única forma de contar
los hechos verdaderos
sea salpicarlos de palabras de mentira.”
S. Roncagliolo.
En junio de este año Seix Barral publicó la más reciente novela de Santiago Roncagliolo, Y líbranos del mal. La novela del escritor peruano, residente en España por más de veinte años, consta de 395 páginas, organizada en cuatro secciones o grandes capítulos (Padre, Hijo, Espíritu Santo y Amén), más una introducción de treinta páginas al principio del libro que da cuenta de las escenas preliminares al tema central de la novela. El único epígrafe en el libro es una cita del Evangelio según San Mateo de donde proviene el título de la novela. La carátula nos muestra, muy apropiadamente, una fotografía en blanco y negro, sobre fondo blanco, con un grupo de jóvenes con el dorso desnudo, entrelazando sus manos en un pequeño y apretado círculo. El título, el epígrafe inicial, los títulos de los capítulos y la carátula nos dan idea del peso de la Iglesia católica en la trama de la novela.
El tema central de la novela es
la búsqueda del pasado peruano del papá de Yimmy. Una llamada telefónica desde
Lima, advierte que Mama Tita, su abuela paterna, está enferma de gravedad y
necesita ser cuidada. Yimmy no entiende por qué su papa que vive en los Estados
Unidos por muchos años, se niega a regresar a Perú para cuidar a su madre
enferma. Yimmy decide ir a cuidar a su abuela.
Ya en Lima, poco o casi nada se
hablaba de su padre en la casa de Mama Tita. Yimmy tiene su primer encuentro
con el pasado de su padre vía Internet. No había mucho sobre su padre, pero a
una foto y su correspondiente leyenda le llamó mucho la atención. En ella
aparecía su papá “rodeado de otros chicos que vestían exactamente igual, un
equipo de clones recién salidos del baño, casi todos rubios”. No se hablaba en específico
de su padre, pero se relacionaba al grupo con el obispo de Trujillo (conservador
y miembro del Sodalicio) y se decía cosas “espeluznantes” (p. 72). De aquí en
adelante, las pesquisas de Yimmy se abrirán, se cerrarán y dilatarán porque
nadie quiere abrir esa caja de Pandora. Ni la abuela, ni el cura amigo de la
abuela, ni el círculo de ex miembros del grupo laico católico Sodalicio quieren
darle la información que él demanda.
La historia narrada por Roncagliolo tiene su base realista en la existencia del Sodalitium Christianae Vitae, una agrupación religiosa laica, creada en Lima el 8 de diciembre de 1971 por Luis Fernando Figari. Sus orígenes, escándalos de abuso sexual, manipulación de menores, y acusaciones sobre lavado de dinero en paraísos fiscales, fueron expuestos en el trabajo periodístico de Paola Ugaz (a quien Roncagliolo reconoce como una de sus fuentes) y Pedro Salinas (Mitad monjes, mitad soldados. El Sodalitium Christianae Vitae por dentro. Editorial Planeta 2015). Sin embargo, más que una recapitulación de hechos escabrosos, el autor decide embarcarnos en una búsqueda de la verdad relevante para el protagonista en su proceso de reafirmarse como individuo dentro de una familia aparentemente “sana”. Se podría decir, que el centro de la búsqueda de información sobre su padre, reside en la necesidad de entender su relación padre-hijo. Sin dejar de lado, las características personales de los principales victimarios, Roncagliolo nos introduce a las raíces de cómo el mal, para ser exitoso, necesita de ciertas condiciones sociales, ideológicas y fallidas estructuras familiares.
En la cruda realidad, la estrategia
de reclutamiento del Sodalicio se centró en captar a jóvenes que terminaban la
secundaria, de clase media alta, “blanquitos” de colegios privados y que en la
mayoría de los casos provenían de familias disfuncionales (padres ausentes). El
Sodalicio les ofrecía una “nueva familia” dedicada al apostolado, un sentido a
sus vidas huérfanas de sentido. Los convertía en soldados de Cristo frente al
terror comunista que ya había infiltrado la Iglesia, según ellos, con la
Teología de la Liberación. Su nueva familia los hacía sentir diferentes y
especiales, salvadores de la humanidad. Recuérdese, sin embargo, que ellos ya
eran diferentes y especiales perteneciendo a los estratos económicamente
superiores de la sociedad peruana, aislados del resto del Perú. Por otro lado,
el lenguaje conservador ya provenía desde sus propias familias, así como la
confianza en la Iglesia como baluarte defensor del status quo. Desde esta
perspectiva la transición de una familia a otra, no era tan difícil. Lo que
realmente era extenuante estaba ligado la formación, al derecho a pertenecer a
la comunidad del Sodalicio. La formación o educación en los valores del
Sodalicio implicaba aislar a los jóvenes de su entorno familiar y amical,
anular todo poder de decisión individual, lograr la sumisión total a sus
líderes, creando así, las condiciones para el abuso psicológico, físico y
sexual.
Roncagliolo usa una estructura
narrativa sencilla pero bien llevada y eficiente para mantener al lector atado
a las pesquisas y hallazgos de Yimmy. En secciones cortas de tres a siete páginas,
nos va introduciendo a los personajes: victimarios, víctimas y testigos. La
tensión es creada a través de las dificultades que Yimmy enfrenta para hallar
la verdad. La voz de Yimmy va dando cuenta de los descubrimientos, entre idas y
venidas al presente y el pasado. El autor engancha al lector desde los diálogos
en el presente para luego en la sección siguiente presentarnos el pasado en
“tiempo real”. La consecuencia de este recurso literario repercute en una
lectura ágil, sin abuso del flash back. Cabe resaltar que todos elementos de
la verdadera historia del Sodalicio están presentes en la novela, ciertamente ficcionalizados,
pero el autor intenta ir más allá, mediante la ficción, y dar una explicación identificando
los malos de la película; lo que hace y logra casi a perfección; es una
biografía privada del mal.
El autor no se detiene en explicitar totalmente la consideraciones sociales e ideológicas que sustentaban el origen del Sodalicio (como, por ejemplo, las principales fuentes de sustento ideológico del Soldacio prevenían de pensadores católicos de los siglos XII XV, XVI), pero sí en la tragedia personal de Yimmy por saber algo más de su padre y su familia en Lima. A partir de lo que Yimmy descubre, el lector aprende de una estructura familiar en crisis: una abuela y un padre con sus propios secretos. En cierta manera, el autor hace particular, individualiza y personaliza una organización social en crisis que permite la penetración del Sodalicio en sus vidas y las pervierte con consecuencias perniciosas para sus miembros.
(*) Autor de El guerrero de
la espuma y otras tantas despedidas (Pukiyari 2014); El Hotel que la
habitaba. Cuentos transhumantes (Premio International Latino Book Award
2020, (Pukiyari 2019); Cuentos Nuevomexicanos (Pukiyari 2020). Disponibles
en Amazon.com.